Los organismos financieros internacionales (OFI) son instituciones creadas con el objetivo de promover el desarrollo social, económico y financiero en todo el mundo, con especial énfasis en los países más pobres o en vías de desarrollo. Suelen tener carácter supranacional o intergubernamental, es decir, que los forman diversos Estados y/o organizaciones internacionales alineadas con una misión y visión concreta.
Los OFI se rigen por unos estatutos que establecen sus objetivos, funciones y estructura. Habitualmente su estructura organizativa parte de una asamblea general donde participan todos los Estados miembros, un consejo ejecutivo donde se toman las decisiones operativas y una presidencia o dirección general donde se ejecutan las políticas acordadas. Los OFI también tienen un personal técnico y administrativo que se encarga de gestionar los proyectos y programas. Hay un listado grande de instituciones, si bien los principales organismos financieros internacionales son el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo (BAfD), el Banco Asiático de Desarrollo (ADsB), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD), el Banco de Desarrollo del Caribe (BDC), la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el Banco Europeo de Inversiones (BEI).
Los OFI tienen una gran influencia en la economía global y en la política internacional, ofreciendo asistencia técnica y apoyo financiero a los países que lo demandan. La inversión suele realizarse a través de préstamos, donaciones, garantías o inversiones con un destino final previamente analizado y validado por los técnicos de la OFI, siendo siempre finalistas, es decir, para un desarrollo concreto necesario para el país receptor de las ayudas. Los recursos ofrecidos se destinan a proyectos que contribuyan al crecimiento económico sostenible, la promoción del comercio internacional, la reducción de la pobreza, la mejora de las infraestructuras, la protección del medio ambiente, la promoción de los derechos humanos y la mejora en la calidad de vida de las personas. Además, los OFI también realizan estudios e informes sobre la situación económica y social de los países y las regiones donde operan, así como análisis de viabilidad y riesgo de las inversiones realizadas.
Muchas empresas son conscientes de la oportunidad que les brindan estas instituciones para impulsar o asentar su estrategia de internacionalización minimizando riesgos y aprovechando sinergias. El procedimiento arranca con un análisis exhaustivo de los programas de desarrollo existentes en los países objetivo y dentro de su sector, seleccionando aquellas convocatorias donde puedan aportar un valor añadido a través de una oferta presentada en tiempo y forma. A nivel técnico, el proceso es similar a otras ofertas, siendo más laborioso a nivel administrativo. Los programas de los OFI se rigen por cuatro principios (competencia, igualdad, publicidad legítima, defensa) que garantizan el marco adecuado para el concurso, brindando así una buena oportunidad para aquellas empresas que quieran expandir sus negocios a nivel global a la vez que son remunerados por ello. Son muchos los potenciales beneficios que se pueden obtener fruto del concurso y adjudicación de algún proyecto promovido por un OFI, destacando el conocimiento profundo y real de mercado potencial en el país objetivo: acceso a financiación, asistencia técnica, networking, análisis real de mercado, etc.
Analizamos a continuación un poco más en detalle los principales.
- Acceso a financiación: Los OFI, como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo, ofrecen préstamos y financiamiento para proyectos de desarrollo en países donde las inversiones suelen tener un mayor riesgo para, precisamente, viabilizar que se produzcan. Las empresas pueden por tanto aprovechar este respaldo para financiar sus proyectos de internacionalización (implantación en un país concreto o área geográfica, construcción de nuevas plantas de producción, adquisición de empresas extranjeras, expansión de la cadena de suministro, etc.) a la vez que gestionan un proyecto que les va a aportar conocimiento del país objetivo a todos los niveles.
- Asistencia técnica: Las empresas pueden aprovechar la asistencia técnica que les ofrecen los propios OFI de cara a afrontar los desafíos de la internacionalización con mayor garantía de éxito. Este apoyo puede consistir en asesoría legal y regulatoria, capacitación en comercio internacional o acceso a información sobre los mercados internacionales, entre otros aspectos.
- Garantías y seguros: Algunos OFI, como el Fondo Internacional de Garantía de Inversiones, ofrecen garantías y seguros de diversa índole (afrontar riesgos políticos, expropiaciones forzosas, transferencia de divisas…) para ayudar a las empresas a mitigar el riesgo de invertir en mercados extranjeros.
- Networking: Los OFI disponen un ecosistema de contactos y recursos que permiten conectar a las empresas con interesantes oportunidades de negocio en el extranjero dentro de sus sector objetivo. Entre los potenciales beneficios que pueden sacar de esta red de contactos destacan el establecer interesantes relaciones comerciales con potenciales socios y/o clientes (cooperación internacional y alianzas estratégicas), identificar oportunidades de inversión y conocer el marco jurídico y financiero que aplica en el país objetivo.
Las ventajas competitivas enumeradas se acompañan, a su vez, de una serie de exigencias y limitaciones muy estrictas que aplican al ámbito legal, financiero, social, laboral, ambiental, etc. Lógicamente, antes de presentarse a un concurso promovido por un OFI, cada empresa deberá analizar en detalle si la convocatoria se ajusta a sus necesidades, sus objetivos y sus capacidades, a la vez que se asegura del cumplimiento íntegro del marco contractual donde se desarrollarían los trabajos licitados. En resumen, conocer los procedimientos de los OFI permite a las empresas identificar y/o acceder a financiación, asistencia técnica, garantías, seguros, networking y oportunidades de negocio que permitirán una expansión más sostenible, rápida y coherente, a la vez que se mitigan los riesgos inherentes a todo proceso de internacionalización. Su desconocimiento implica renunciar a oportunidades de crecimiento y diversificación que pueden resultar clave en el éxito de un proceso que nunca debe hacerse con objetivos cortoplacistas ni sin el correspondiente análisis previo.
* Artículo Publicado en EADIC el 18/04/23